viernes, 7 de enero de 2011

La vida es un sueño

¿Dónde se van los sueños de la infancia que nunca llegan a cumplirse? ¿Quedan latentes en nuestros corazones por si algún día llegan a ser realidad? ¿Los desechamos conscientes de su irrealidad? ¿O intentamos por todos los medios llevarlos a cabo?
Yo siempre he sido, soy y seré una soñadora. No sé si es una virtud o un defecto. Me explico. Hablo de virtud porque considero que no haber perdido la facultad de soñar en la edad adulta me acerca más a mi infancia. Y llego a considerar mis ensoñaciones un defecto porque son una vía de escape a una realidad que tienes encima y que es la que hay.
Pero nunca pierdo la esperanza. Y no lo hago porque no anhelo cosas imposibles. Nunca lo he hecho. Tengo los pies en la tierra aunque mi mente vuela libre.

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